NOTAS: | Resumo: La población de todo el mundo envejece al tiempo que los recursos disminuyen. Muchas de nuestras personas mayores viven vidas aisladas, al margen de la sociedad. Mientras tanto, las bodegas de nuestros museos están llenas de objetos con enorme potencial para enriquecer nuestras vidas, actuando como detonadores de reminiscencias personales y aportando puntos de partida creativos para experiencias compartidas. Para que estos objetos puedan ser accesibles a personas con vista y memoria limitadas, los objetos deben poder ser manipulados. Los conservadores tienen un papel importante que jugar a la hora de tomar decisiones sobre los tratamientos, tomando en cuenta este uso de los objetos. Este artículo explora cómo la educación en conservación puede mantenerse en sincronía con esta necesidad, involucrando a estudiantes en enfoques de aprendizaje multisensoriales y en proyectos sociales que ayuden a la comunidad mientras los estudiantes aprenden los aspectos fundamentales de su profesión. Se muestra cómo los proyectos que conservan objetos de memoria para que sean manipulados, y que destinan materiales para que sean utilizados en residencias de retiro, aumentan la sensibilización y la comprensión. |